sábado, 16 de marzo de 2013

SINFONÍA CUARESMAL: CODA Y ENCORE, 5o. PASO CAMINAR EN EL AMOR


La certeza del amor, que hemos descubierto en nuestra vida no puede convertirse en una concesión a la pasividad. Al contrario, debe ser una invitación a ponernos en marcha para reflejar en nuestra vida lo que hemos experimentado en nuestro corazón. Caminar en el amor es la consecuencia casi necesaria de haberlo experimentado. Caminar en el amor es orientarse a una nueva vida que tiene como objetivo la búsqueda del bien. Como decía San Pablo, que lo había vivido en primera persona: “Una cosa hago: olvido lo que dejé detrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio al que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús" (Flp 3, 13-14). El camino en el amor acaba siendo el compromiso lógico de quien sabe que ha sido liberado del mal y puesto de nuevo en el bien y la vida. 
Este quinto paso, se nos muestra en el evangelio que se lee en el último domingo de cuaresma de este año: el evangelio de la mujer adúltera, que narra San Juan. Mientras Jesús está enseñando en el Templo, los escribas y los fariseos le llevan a una mujer sorprendida en adulterio, para la cual la ley de Moisés preveía la lapidación. Esos hombres piden a Jesús que juzgue a la pecadora con la finalidad de "ponerlo a prueba" y de impulsarlo a dar un paso en falso. La escena está cargada de dramatismo: de las palabras de Jesús depende la vida de esa persona, pero también su propia vida. De hecho, los acusadores hipócritas fingen confiarle el juicio, mientras que, en realidad es a Jesús a quien quieren acusar y juzgar. Jesús, en cambio, como sabe lo que hay en el corazón de cada hombre, quiere condenar el pecado, pero salvar al pecador, y desenmascarar la hipocresía. Mientras los acusadores lo interrogan, Jesús escribe con el dedo en el suelo, como escribiendo la sentencia por parte de quien es la Justicia en persona. Y ¿cuál es su veredicto? "Aquel de ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra". Estas palabras están llenas de la fuerza de la verdad, que derriba el muro de la hipocresía y abre las conciencias a una justicia mayor, la del amor, que consiste el cumplimiento pleno de toda ley. 
Este evangelio nos presenta dos deformaciones que pueden poner en riesgo el camino del amor: el adulterio, es decir el amor que se hace injusto con el otro, y la hipocresía, es decir el corazón que olvida el amor y se pone al servicio de intereses egoístas. Jesús ante la adúltera y sus acusadores, (una y otros, imágenes del equivocado camino del amor), presenta el camino verdadero del amor. El camino del amor comienza por no erigirse en juez de nadie, el camino del amor implica la misericordia con el otro, el camino del amor requiere el examen de la propia conciencia y, finalmente, el camino del amor ayuda al otro a encontrar de nuevo el bien, la verdad, el amor auténtico y el futuro en la propia existencia. Esos son los rasgos del camino del amor que nos enseña Jesús y que nos invita a seguir a lo largo de esta cuaresma. 

Seguir los cinco pasos que hemos presentado en fomra de "sinfonía" a lo largo de esta cuaresma, nos ayudaran a vivirla mejor. Si los tomamos como un compromiso que ejercitamos poco a poco, descubriremos que la cuaresma no es solo una época para hacer renuncias de poco sentido, sino un tiempo para encontrar lo que llena de sentido toda la vida, incluidas sus renuncias. Un tiempo para encontrar una Persona ante la que ponemos a prueba la calidad de nuestro amor, el valor de nuestro corazón, la sinceridad de nuestra vida. Entonces, estaremos listos para caminar con Jesús hacia la Pascua, manifestación de un amor que cambia nuestra vida. Habrá entonces merecido la pena vivir la cuaresma. 

(UN ENCORE DE SUGERENCIAS PRÁCTICAS)

Cómo vivir la Cuaresma 
1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome. 
Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo. 

2. Luchando por cambiar. 
Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir. 

3. Haciendo algunos sacrificios. 
La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa "hacer sagrado". Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio. 

4. Haciendo oración. 
Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma, o ayudarte de un buen libro de meditación para Cuaresma. 

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